En un mundo con una población que envejece, la demencia se ha convertido en un problema de salud y una amenaza para el bienestar mundial. Ante esta situación, algunos estudios han sugerido que algunos factores psicosociales y cambios en el estilo de vida pueden funcionar como factores de protección para la prevención de la misma. Factores como posición socioeconómica, mayor escolaridad, actividades con cierto grado de complejidad, reducción del estrés en el entorno laboral y mayor participación en actividades físicas, mentales y sociales, han demostrado que pueden ofrecer cierta resistencia contra el desarrollo de demencia.
Aunque aún no se conocen los factores que facilitan el desarrollo de demencia, estudios clínicos nos han permitido entender como la modificación de factores psicosociales y cambios en el estilo de vida pueden funcionar como estilos neuroprotectores contra el desarrollo de demencia. La evidencia, que viene principalmente de estudios descriptivos, es amplia y lo suficientemente robusta para sugerir que estilos de vida psicosocialmente estimulantes y activos pueden proteger contra el desarrollo de demencia.
Finalmente, cabe señalar que aún con las limitaciones que ofrecen los ensayos clínicos al respecto, las campañas públicas promoviendo estilos de vida saludables y de modificaciones de factores psicosociales, pueden tener un impacto positivo en las personas de 60 o más años. Esto no solo en la prevención de la demencia sino también en otras áreas de la salud como la cardiovascular y del bienestar en general.
Referencia: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1474442220300399
