Del olvido al no me acuerdo. ¿Qué es la demencia?

“Mi memoria es magnífica para olvidar”    

Roberto Louis Stevenson (1850-1894)

Todos hemos oído y usado alguna vez el término “demencia” en referencia a personas con problemas de memoria u otros trastornos mentales. Sin embargo, la realidad es que el término es poco entendido y a veces mal usado hasta por profesionales de la salud. En este primer artículo de una serie sobre la influencia genética en los trastornos mentales, los invito a aprender más sobre la demencia.

¿Qué es en realidad la demencia?
La demencia se define dificultades en el intelecto y el conocimiento que finalmente conllevan a la limitación para realizar actividades de la vida diaria. Este padecimiento suele ser de duración prolongada (crónico) y cursar de manera continua y escalonada (progresivo). Se acompaña de cambios en el comportamiento, humor y de personalidad.
Las demencias son padecimientos que se desencadenan por alteraciones a nivel cerebral. Estas pueden ser causadas por defectos y/o acúmulos anormales a nivel celular (por ejemplo la Enfermedad de Alzheimer) o ser secundarias a accidentes o infartos cerebrovasculares (por ejemplo la Demencia Vascular) o traumatismos (golpes o accidentes).
¿Qué tan frecuente es este trastorno?
La frecuencia en general es muy variable y va de acorde a la edad de presentación, que normalmente es en la edad adulta más avanzada.  A nivel mundial el riego es de 1-5% a los 65 años, doblando su cifra cada 4 años hasta alcanzar un 30% en población de 80 años de edad. Dicha cifra varía entre hombres y mujeres, siendo menor en la población masculina y en las personas de origen africano y/o asiático.
A nivel mundial, la Enfermedad de Alzheimer (EA) es el tipo de demencia más frecuente. En Norteamérica y Europa, la Enfermedad de Alzheimer es forma de demencia más común, mientras que en China, Japón y Rusia la demencia del tipo vascular es la más frecuente. En México, tiene una frecuencia del 7.3% y se diagnostican  27.3 casos por 1,000 personas/año en adultos mayores de 65 años.
¿Cómo se puede saber quién padece de demencia?
Primero se debe aclarar que demencia y envejecimiento son términos independientes y no se deben entender como sinónimos. Normalmente, existen cambios esperados por la edad; como el procesamiento lento de la información.
En personas mayores de 80 años, aproximadamente un 20% presenta alguna forma de demencia. Existen signos clave de la demencia, como el deterioro de las habilidades previamente adquiridas, las cuales son detectadas primeramente por familiares o amistades cercanas.
Existen criterios diagnósticos (signos y síntomas claves) de demencia establecidos en manuales médicos conocidos como ICD-10 y DSM-IV, NINCDS-ADRDA. Es fundamental que exista un abordaje y análisis completo y detallado para que se diagnostique el padecimiento. Se debe realizar un abordaje completo del paciente: antecedentes personales completos, examen físico completo, historia familiar detallada y estudios de laboratorio y gabinete complementarios.
Se debe considerar que existen diversas enfermedades y/o padecimientos con síntomas similares a la demencia como son: depresión, delirium, efectos secundarios medicamentosos, padecimientos endocrinológicos (tiroideas, etc.), infecciones (SIDA, etc.) defectos vitamínicos (vit B12, B1, etc.), toxinas (alcohol, drogas, etc.) y otras (tumores, etc.). Estos padecimientos son patología de base en aproximadamente 9% de la población inicialmente diagnosticada como demencia. Es importante diagnosticarlas asertivamente, ya que son en su mayoría reversibles o parcialmente reversibles y el tratamiento oportuno aporta mejores oportunidades de recuperación.
¿Existe sólo un tipo de demencia?
Es importante aclarar que existen diferentes tipos de demencias, cada una con diferentes causas. En general, se trata de una enfermedad multifactorial. Se consideran 3 factores fundamentales: la predisposición genética, cambios neuroquímicos y co-morbidad con alguna otra enfermedad. La combinación y suma de estos factores, es lo que desencadena dicho padecimiento.
Entre las demencias primarias degenerativas se encuentran: Enfermedad de Alzheimer, Demencia con cuerpos de Lewy, Demencia frontotemporal y demencia secundaria a un proceso patogénico (ej, sida). Todas comparten una patología neurológica común, es decir, las alteraciones a nivel celular y neuronal que desencadenan la enfermedad se pueden presentar en las diferentes formas de demencia. Existen diversos estados mixtos del tejido (características de mas de un tipo de demencia), por lo que se ha considera que no existe un síndrome puro de demencia.
Entonces, ¿cómo se diagnostica la demencia?
¿Cómo se diagnostica la demencia?
Como ya se mencionó previamente, se debe realizar un abordaje completo del paciente que acude a nuestro consultorio. Además de la Historia clínica completa y detallada, se debe realizar una medición de las funciones de la vida diaria del paciente. Esto se realiza principalmente a través de lo que la familia y gente, que convive con el paciente, nos relata. Dichas funciones son tareas simples como: comer, ir al baño, higiene, caminar, vestirse/desvestirse, etc. Existe un cuestionario práctico y útil que se utiliza para medir la función cognitiva del paciente, que resulta muy útil y práctico en el consultorio médico. Es el llamado Mini-Mental, y aunque tiene sus limitaciones es muy útil para el asesoramiento dirigido y breve.
 Además de lo ya mencionado, se debe complementar el asesoramiento mediante la toma de diferentes exámenes de laboratorio e imagen, como: conteo sanguíneo, función urinaria, electrolitos, función hepática, niveles de calcio y bioquímica ósea, glucosa, niveles de vitamina B12 y folato, función tiroidea, sífilis, tomografía cerebral (TAC) o resonancia magnética (RM) y estudios especiales (VIH, perfil de lípidos, análisis de líquido cefalorraquídeo, Electroencefalograma, US cardiaco y/o carotídeo). Todo esto con el fin de descartar o diagnosticar otros padecimientos que pueden ser la base del padecimiento actual.
En ocasiones el paciente no cursa con demencia, pero si con una alteración leve cognitiva. Esta se acompaña de alteración de la memoria y el conocimiento sin afectar necesariamente la función ocupacional y/o social. Este no es un diagnóstico de demencia, pero se sabe que muchos de estos pacientes evolucionan a un síndrome demencial en un período de aproximadamente 5 años.

 Como se ha podido ver, el método actual para el diagnóstico de dicha enfermedad, no es fácil e infalible y se encuentra sujeto a controversias, ya que puede ser erróneo. Sin embargo, se debe recalcar que el acudir con un profesional especializado y realizar un abordaje exhaustivo, es vital para poder realizar un diagnóstico oportuno y poder brindar a nuestros familiares o amigos el tratamiento clínico y manejo adecuado para un mejor pronóstico de vida.

En la actualidad existen diferentes consensos y criterios para diferenciar las distintas formas de demencias, sin embargo, se ha sugerido que el padecimiento demencial no es una entidad patológica única. Generalmente, existen casos en los que no existe una concordancia entre el diagnóstico clínico y el patológico, lo cual expone las limitantes de los diferentes métodos diagnósticos actuales. Se ha propuesto un modelo de re agrupación de los diferentes padecimientos demenciales, tomando en cuenta los cambios patológicos y la patogenia de base más que por síntomas clínicos. Existen diferentes factores de riesgo para desarrollar un síndrome o padecimiento demencial. Para saber más, te invitamos a leer los futuros artículos en esta serie.
Imagen cortesía de: Geralt

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: