Artículos científicos en la prensa ¿ciencia o ciencia ficción?

En la actualidad la búsqueda de artículos científicos no es una tarea fácil, basta con mencionar que cada mes más de 5000 revistas académicas en el área médica son publicados a nivel mundial. Sin embargo, los resultados de algunas investigaciones muchas veces llegan a las primeras planas de la prensa escrita, lo cual tiene un gran impacto a nivel poblacional (no necesariamente positivo).
Probablemente, más de una vez haz leído en alguna revista o periódico sobre un nuevo medicamento que promete curar la obesidad, un alimento que causa algún tipo de cáncer o la importancia de la suplementación con ácidos grasos omega-3, pero, ¿Cómo interpretar esa información? ¿Se debe evitar el consumo de ése alimento? ¿Se debe recomendar la suplementación?.
El objetivo de éste breve artículo es brindar herramientas básicas para promover el análisis de la literatura médica, independientemente si perteneces al área de la salud o no. No importa si se lee el “Reforma” o la más reciente investigación publicada en “Nature” (una de las revistas académicas más prestigiadas), el pensamiento crítico siempre debe estar presente.
Medicina Basada en Evidencia (MBE)
Para los profesionales del área médica, MBE es un concepto que seguramente conocen a detalle, sin embargo, para las personas no familiarizadas con el tema, es importante dedicar un breve espacio en este artículo. MBE puede ser definida como “el uso consiente, explícito y juicioso, de la mejor evidencia actual para la toma de decisiones en el cuidado de los pacientes” (Slawson, 2001). Lo cual significa que va mucho más allá de solo leer artículos científicos.
Para poder tomar decisiones de manera acertada, ya sea con nuestros pacientes o para hacer cambios en nuestra vida diaria, es primordial identificar cual es el diseño del estudio y qué lugar ocupa en la jerarquía de evidencia (Bottaro, 2013), Figura 1.

Figura 1. Jerarquía de la evidencia científica Tomado de Bottaro, F. J. (2013) 'Parte 1 – ¿Cómo leer la literatura científica?', Hematologia 17(1), pp. 79-85
Figura 1. Jerarquía de la evidencia científica
Tomado de Bottaro, F. J. (2013) ‘Parte 1 – ¿Cómo leer la literatura científica?’, Hematologia 17(1), pp. 79-85

“Los suplementos deportivos incrementan el riesgo de cáncer testicular”
Este encabezado apareció en múltiples portales informativos haciendo referencia a un estudio publicado en abril del año 2015 en el British Journal of Cancer (Li et al., 2015). Generando gran controversia e intensos debates en las redes sociales así como incertidumbre entre las personas que consumen suplementos deportivos.
El diseño metodológico de la investigación es de casos y controles, el cual es un tipo de estudio retrospectivo donde se identifican pacientes con una enfermedad en particular y son comparados con un grupo control. La recolección de datos se hace a través  expedientes médicos, cuestionarios o entrevistas acerca de la posible exposición a algún agente causal, en este caso los suplementos deportivos.
Los estudio de casos y controles se encuentran relativamente en la parte baja de la jerarquía de evidencia, pero son útiles para estudiar la etiología de enfermedades raras. Es muy importante entender que estos estudios no demuestran causalidad, únicamente demuestran asociaciones. En otras palabras, la asociación de X con Y en un estudio de casos y controles no significa que X causa Y. A pesar de ser un concepto sencillo, en muchas ocasiones los medios informativos no hacen una clara diferenciación, lo cual puede ser intencional o por error de interpretación.
En el estudio previamente mencionado, se reclutaron 356 casos y 513 controles entre 18 y 55 años de edad. La información fue obtenida a través de cuestionarios y se utilizó un modelo de regresión logística para evaluar la asociación entre el uso de suplementos deportivos y el riesgo de cáncer de testículo. Los resultados indican que los suplementos deportivos se asocian a 65% más riesgo de cáncer testicular [OR:1.65, 95%CI 1.11-2.46].
En primer lugar, se debe tomar en cuenta qué la información sobre el consumo de suplementos se basa totalmente en la memoria de las personas, si  te preguntaran cuántos gramos de azúcar en polvo consumiste hace 1 mes, ¿lo recordarías? Cuantos gramos de café soluble consumías hace 10 años ¿podrías hacer una estimación precisa? Probablemente la respuesta es no, pues incluso recordar los alimentos consumidos la semana pasada es complicado.
Desafortunadamente, gran parte de la literatura médica se basa en éste tipo de recolección de datos, lo cual puede generar conclusiones erróneas o imprecisas. Por ejemplo; la estimación del peso corporal, la estatura, el consumo de kilocalorías etc. ha sido demostrado en repetidas ocasiones no ser confiable (Dhurandhar et al., 2014, Connor Gorber et al., 2007). En algunos estudios, el reporte de kilocalorías consumidas no es ni siquiera suficiente para mantener los requerimientos del metabolismo basal (Dhurandhar et al., 2014).
Por otra parte, el término “suplementos deportivos” es un concepto muy amplio, por lo tanto, es recomendable hacer grupos específicos de suplementos, lo cual generaría una muestra muy pequeña en cada categoría. Los suplementos deportivos para ganar masa muscular comprenden cientos de sustancias en cantidad y calidad variables, dependiendo del tipo y marca del suplemento.
Es  necesario evaluar si es biológicamente razonable poner en la misma categoría la creatina y la andronstenediona. Además, existen más de 18 formas químicas de creatina disponible comercialmente, ¿están todas asociadas a mayor riesgo de cáncer testicular?
El inicio del consumo de los suplementos antes de los 25 años de edad [OR: 2.21, 95%CI 1.34-3.63], usar 2 o más clases de suplementos [OR: 2.77, 95%CI 1.30 – 5.91]  y el consumo por más de 36 meses [OR: 2.56, 95%CI 1.39-4.74] se asoció significativamente a mayor riesgo.
Los tres factores mencionados están fuertemente relacionados al uso de esteroides anabólicos androgénicos (EAA) (Barceloux and Palmer, 2013). Dicha práctica es tan frecuente, que estudios recientes sugieren que su uso puede ser la causa más común de hipogonadismo en varones en edad reproductiva (Rahnema et al., 2015).
Esto se conoce como “factor de confusión”, el cual es una variable que correlaciona, ya sea de manera positiva o negativa, con el factor de riesgo y la enfermedad. Por ejemplo, la asociación de los dedos amarillos con riesgo aumentado de cáncer. ¿Tener dedos amarillos aumenta el riesgo de padecer dicha enfermedad?, la respuesta es no, hay un tercer factor que explica dicha asociación. En éste caso resulta obvio qué fumar aumenta el riesgo de padecer cáncer y genera una tonalidad amarilla en los dedos.
Los EAA se consiguen de manera ilegal, carecen de regulación y en muchos casos son de uso veterinario, por lo tanto, son un problema de salud pública y podrían jugar un papel importante en  la etiología y progresión del cáncer testicular. Debido a que los EAA son motivo de fuertes críticas en el ámbito deportivo, existe la posibilidad de qué las personas que los utilizan no lo reporten de manera precisa en los cuestionarios y/o entrevistas.
Para la toma de decisiones clínicas, es importante evaluar la evidencia en conjunto y no solo estudios aislados, que frecuentemente es lo que vemos en las primeras planas. Estudios con diferentes diseños metodológicos son necesarios para corroborar ésta asociación y entender qué tipo de suplementos, qué dosis y en qué patrón de consumo, pueden estar involucrados en la patogénesis del cáncer testicular.
El estudio mencionado abre nuevas posibilidades para comprender un nuevo factor de riesgo en la etiología y progresión del cáncer de testículo. Además, aporta información valiosa para el diseño de nuevos estudios y así corroborar o refutar dicha asociación. Por sí solo,  éste estudio no es suficiente para dejar de suplementar a los deportistas con suero de leche. Sin embargo, aporta nuevos argumentos para evitar el uso de adrostenediona, la cual está relacionada con múltiples efectos secundarios y prácticamente todas las asociaciones deportivas desalientan su uso.
Pensamiento Crítico
Si bien el análisis sobre el artículo anterior es solo un breve ejemplo, es evidente qué el pensamiento crítico va mucho más allá de leer las revistas académicas más reconocidas. Antes de leer cualquier artículo ya sea de divulgación o científico, es importante dejar a un lado las creencias personales y hacer un análisis objetivo de los datos.
Los resultados de las investigaciones que llegan a las medios informativos, no son representativos de lo que se puede concluir de las investigaciones en conjunto y en muchas ocasiones obedece a intereses económicos o privados.
Los suplementos de vitaminas y minerales son los más vendidos a nivel mundial debido a que son considerados como antioxidantes, sin embargo, una revisión sistemática y meta-análisis (un tipo de estudio que ha salvado mas vidas de lo que se puede imaginar) concluyó que no son efectivos para la prevención de la mortalidad y la suplementación con beta-caroteno, vitamina E y vitamina A aumentó el riesgo de mortalidad total (Bjelakovic et al., 2012).
Sin embargo estos resultados no causa preocupación entre las personas, todo lo contrario, cada día las ventas de suplementos de vitaminas y minerales aumentan.
Ejemplos como el anterior hay muchos, y se puede hacer el mismo ejercicio con el uso de los suplementos de ácidos grasos omega-3 y desarrollo cognitivo en niños. Probablemente se podrá notar que los resultados no van de acuerdo a la gran cantidad de suplementos y formulas lácteas enriquecidas con omega-3. Actualmente son el tercer suplemento alimenticio más vendido en Estados Unidos y Reino Unido.
Conclusión
Los profesionales de la salud o personas dedicadas a la ciencia, tienen la obligación de divulgar el conocimiento científico de manera precisa y en un lenguaje entendible para la población general. La interpretación de las investigaciones no es dogmática, se debe estar siempre preparado para cambiar nuestra forma de pensar con la generación de nuevos estudios. Para finalizar, se enumeran algunos conceptos que pueden ser de utilidad:

  1. Asociación no es igual causalidad.
  2. Idealmente, las asociaciones deben ser validadas con estudios clínicos controlados, aunque no siempre es posible.
  3. No extrapolar los reportes de la mesa de laboratorio a la vida diaria (no somos una célula).
  4. Los estudios en animales son muy útiles para probar teorías, pero no para tomar decisiones clínicas.
  5. Comparar de manera crítica la población del estudio con la población a intervenir, jóvenes versus tercera edad, deportistas versus pacientes en terapia intensiva, Mexicanos versus Alemanes etc.
  6. Se debe revisar toda la información disponible, no sacar conclusiones en base a estudios aislados.
  7. Las opiniones de expertos son muy valiosas, pero bajo ningún motivo sustituye la búsqueda y análisis de los datos.

 En Dios confiamos, todos los demás deben traer datos. Dr. Edwards Deming.

 
Referencias

  • Barceloux, D. G. and Palmer, R. B. (2013) ‘Anabolic—Androgenic Steroids’, Disease-A-Month, 59(6), pp. 226-248.
  • Bjelakovic, G., Nikolova, D., Gluud, L. L., Simonetti, R. G. and Gluud, C. (2012) ‘Antioxidant supplements for prevention of mortality in healthy participants and patients with various diseases’, Cochrane Database Syst Rev, 3, pp. CD007176.
  • Bottaro, F. J. (2013) ‘Parte 1 – ¿Cómo leer la literatura científica?’, Hematologia 17(1), pp. 79-85.
  • Connor Gorber, S., Tremblay, M., Moher, D. and Gorber, B. (2007) ‘A comparison of direct vs. self-report measures for assessing height, weight and body mass index: a systematic review’, Obes Rev, 8(4), pp. 307-26.
  • Dhurandhar, N. V., Schoeller, D., Brown, A. W., Heymsfield, S. B., Thomas, D., Sorensen, T. I. A., Speakman, J. R., Jeansonne, M., Allison, D. B. and the Energy Balance Measurement Working, G. (2014) ‘Energy balance measurement: when something is not better than nothing’, Int J Obes.
  • Li, N., Hauser, R., Holford, T., Zhu, Y., Zhang, Y., Bassig, B. A., Honig, S., Chen, C., Boyle, P., Dai, M., Schwartz, S. M., Morey, P., Sayward, H., Hu, Z., Shen, H., Gomery, P. and Zheng, T. (2015) ‘Muscle-building supplement use and increased risk of testicular germ cell cancer in men from Connecticut and Massachusetts’, Br J Cancer, 112(7), pp. 1247-1250.
  • Rahnema, C. D., Crosnoe, L. E. and Kim, E. D. (2015) ‘Designer steroids – over-the-counter supplements and their androgenic component: review of an increasing problem’, Andrology.
  • Slawson, D. C. (2001) ‘How to Read a Paper: The Basics of Evidence Based Medicine’, BMJ, 315(7112), pp. 891.
  • Foto de portada adaptada de: Owen A.

1 comentario en “Artículos científicos en la prensa ¿ciencia o ciencia ficción?”

  1. Estoy completamente de acuerdo, no confío en los artículos de periódicos o algunos comentaristas que se creen saberlo todo, y que recomiendan sin mas que comer tal o cual cosa, te liberará de tal afección o te la provocará. Creo que es muy difícil saberlo. Eso aunado a una gran ignorancia por parte de quien lo lee, y que luego reproduce de manera incorrecta….

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