En el artículo pasado platicamos sobre la estimulación cerebral profunda (ECP) y sus mecanismos de acción. En este artículo hablaremos de cómo se ha usado para tratar algunas enfermedades neurológicas.
Enfermedad de Parkinson
La primera línea de tratamiento para la enfermedad de Parkinson es el tratamiento farmacológico que reemplaza la perdida del neurotransmisor clave llamado dopamina (fármaco: levodopa). Dicho tratamiento es efectivo inicialmente por un periodo variable. Sin embargo, su uso a largo plazo puede resultar en el desarrollo de efectos secundarios y complicaciones con movimientos anormales y otras complicaciones relacionadas.
Cuando el tratamiento farmacológico deja de funcionar, se puede considerar la ECP. Esta se implanta, dependiendo de cada caso y evolución de la enfermedad, ya sea en la región donde se origina la degeneración neuronal, la sustancia negra, núcleo subtalámico o el globo pálido interno. Este tratamiento reduce en gran medida los síntomas motores y también permite evitar los efectos secundarios inducidos por la terapia farmacológica.
Distonías
Este es un grupo de enfermedades genéticas en donde se produce un movimiento de contracción de grupos musculares opuestos, lo que produce posturas con características de “retorcimiento” en cara, cuello, tronco o extremidades. La ECP se coloca en un núcleo llamado globo pálido interno, región del cerebro que regula el movimiento, donde el problema se genera. Es importante mencionar que hay que actuar rápido ya que una menor duración se correlaciona con mejores resultados a largo plazo y menor deterioro.
Temblor esencial
El temblor esencial es una enfermedad del movimiento en donde se producen contracciones y movimientos involuntarios o temblores en grupos musculares con funciones opuestas. Aplicar ECP a un núcleo especifico en el tálamo (específicamente el núcleo ventral intermedio) ha probado ser muy efectivo para el tratamiento, mostrando estabilidad y gran reducción del temblor a largo plazo.
Epilepsia
El uso de la ECP ha probado ser una gran promesa como tratamiento para trastornos epilépticos complejos que no responden a tratamientos farmacológicos de manera efectiva. El uso de la ECP fue aprobado para el tratamiento de la epilepsia en años recientes, y aun se encuentra en sus etapas tempranas. Su uso ha logrado disminuir la frecuencia y duración de los ataques epilépticos en algunos casos, de entre un 40-50%, con un máximo efecto observado en 1-2 años después de implantado el dispositivo.
Dolor crónico
Existen algunos reportes de la efectividad en el tratamiento de dolor crónico por medio de la ECP. En estos casos, se han enfocado en la región cerebral llamada tálamo, asociada a la respuesta a diferentes tipos de dolor. En los casos estudiados, se observo una eficacia a largo plazo, principalmente en personas con miembros amputados e infartos cerebrales.
Para saber más
Para saber más sobre la estimulación cerebral profunda y su aplicación al tratamiento de enfermedades psiquiátricas puedes seguir leyendo aquí.