La ansiedad de Iron Man

Los vengadores (Avengers) combaten contra un ejército venido del espacio a través de un portal interdimensional que ha abierto Loki, el maestro de la manipulación, con el fin de conquistar la tierra. Ante la inminente derrota, los servicios de inteligencia deciden utilizar armas atómicas para combatir a los invasores. Están dispuestos a desaparecer la ciudad de Nueva York y todos sus habitantes con tal de limitar el avance del enemigo. Tony Stark, el genio narciso y multimillonario hombre de ciencia,  revestido con su armadura hecha con tecnología de punta es informado del suceso y deja la batalla para ir en busca del misil atómico que esta por impactar la ciudad de los rascacielos. Minutos después, Iron Man se dirige con el misil a sus espaldas a la puerta interdimensional, de donde siguen apareciendo cyborgs y robots, para finalmente dirigir el misil hacia la nave principal desde donde se controlan los cibersoldados. Tony sabe que es un viaje solo de ida a través del agujero gusano (wormhole), por su mente pasan probablemente muchas escenas de su vida, una gran ansiedad se apodera de él, trata de llamar a Pepper su prometida pero no logra hacer contacto. No hay más tiempo, su responsabilidad es salvar el planeta tierra, es un gran peso aún para la mente de un genio de la ciencia. Justo después de dirigir el misil atómico hacia su blanco, el traje de alta tecnología creado por el mismo Stark falla y él cae inconsciente, logra pasar de nuevo por el agujero de gusano y es rescatado por Hulk de su caida al vacio. ¿Quedarán secuelas psicológicas a Tony Stark después de este episodio? Solo la siguiente parte de la saga nos lo dirá. 

 Viviendo en su mansión de California, Tony Stark padece insomnio severo, las pocas veces que logra conciliar el sueño, sufre de pesadillas donde las escenas de su batalla ante los chitauri, la raza extraterrestre que meses antes estaba invadiendo la tierra, se recrean de una forma extremadamente vivencial (sueño vívidos). Sus noches en vela las dedica a la creación y perfeccionamiento de sus trajes, parece que la pérdida del sueño no parece importarle al exótico millonario, sabe que tiene que estar preparado para un nuevo ataque que puede venir en cualquier momento, su único refugio es su obsesión con la tecnología.

Tony está en el restaurante con su típico humor sarcástico cuando de pronto, comienza con sudoración profusa (diaforesis), sensación de perder el control, se siente incómodo entre el tumulto de gente (agorafobia), un miedo extremo e irracional se apodera de él (ataque de pánico), la ansiedad es insoportable y un peligro inminente de muerte hace que salga desesperado del restaurant con dirección a su traje. Una vez dentro de su armadura tecnológica, y con el uso de inteligencia artificial (JARVIS), se le diagnostica un ataque de ansiedad generalizado y severo, Tony Stark tiene oficialmente el diagnóstico síndrome postraumático y ansiedad.

La ansiedad es parte de nuestra vida cotidiana, puede afectarnos de diferente forma y a casi a cualquier edad. La diferencia con el estrés es que este último es causado por factores externos (financieros o laborales por ejemplo) y por lo regular podemos manejarlos, la ansiedad en cambio no tiene un componente específico que la provoque. Además, a diferencia del estrés, la ansiedad puede persistir aún sabiendo cual es la causa desencadenante. 

La ansiedad puede interferir de manera severa en la vida de las personas. De hecho, es difícil confrontar los miedos propios y es muy fácil pensar que uno puede perder el control debido a que se padece un problema psiquiátrico de otro tipo, esto exacerba aún más los síntomas de la ansiedad. Sin embargo, lo primero y más importante por reconocer es que la ansiedad es algo normal y es parte de nuestra biología. La ansiedad es el resultado de nuestra mente percibiendo peligro para ponernos alertas; esto genera un aumento en la producción y liberación de adrenalina para acelerar nuestro latido cardiaco y así incrementar los niveles de oxígeno hacia nuestro cuerpo para prepararlo para la pelea o para huir. Este estado de alerta y flujo de adrenalina corriendo por nuestras venas, era de mucha ayuda para nuestro ancestros al ayudarlos a responder a situaciones de peligro inminente. Esta respuesta de “pelea o huye” fue sin lugar a dudas el mejor mecanismo para sobrevivir en los ambientes hostiles del pasado. Desafortunadamente, esta respuesta se puede activar de manera errónea en algunas circunstancias cuando el estrés ha salido de nuestro control.

El sentimiento de ansiedad puede generar una variedad amplia de síntomas físicos, psicológicos y/o de conducta.

Los síntomas físicos pueden ser: 
- Aumento de la frecuencia cardiaca
- Tensión muscular
- Mareo o Nauseas
- Dificultad para respirar
- Dolor de cabeza
- Sensación de sofocamiento
- Boca seca
- Opresión en el pecho
Los síntomas psicológicos:
- Sensación de que se está perdiendo el control
- Sensación inminente de muerte o que se está padeciendo un ataque al corazón
- Sentir que otros están observando tu ansiedad
- Sentirte separado de la realidad (despersonalización)
- Desear correr o escapar de la situación 
- Sentirse nervioso 
Síntomas conductuales:
- Evasión (evadir situaciones que provoquen ansiedad aunque esto es solo una solución temporal)

La ansiedad se puede presentar en forma de diferentes trastornos: el trastorno obsesivo compulsivo, los ataques de pánico, el estrés postraumático y las fobias. El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por obsesiones (pensamientos intrusivos y repetitivos resultado un miedo irracional) y compulsiones (deseo intenso de hacer una cosa en respuesta a los miedos y generado por las obsesiones); por ejemplo algunas obsesiones son preocupación excesiva acerca de la muerte o enfermedades, de pensamientos sexuales indeseables, o miedos de causar daño a otros. 

El estrés postraumático es un trastorno de ansiedad que puede desarrollarse después de la exposición a un evento traumático que puede provocar la muerte o un daño severo. El evento traumático puede ser por exposición directa al evento traumático o haber sido expuesto al evento sin necesidad de haberlo experimentado directamente. Las personas con síndrome de estrés postraumático pueden experimentar recuerdos vivenciales, ataques de pánico y un estado de alerta aumentado, ¿se acuerdan de Iron Man?. El ejemplo más conocido es el del personal militar que ha estado en zonas de guerra.

Los ataques de pánico pueden presentarse por sí solos o ser parte de otras formas de ansiedad. Las personas con ataques de pánico pueden estar bien en un minuto y al otro presentar un miedo excesivo sin causa aparente que además provoca síntomas físicos como pueden ser: aumento de frecuencia cardiaca, sensación de estómago revuelto o pensamientos psicológicos de terror; las experiencias de estas personas pueden ser muy aterradoras. 

Las fobias en cambio son la sensación de un miedo o temor intenso e irracional, de carácter enfermizo,  hacia personas, cosas o situaciones. 

No hay un tratamiento o método único para controlar la ansiedad. Como muchas cosas en la vida, se trata de un compromiso personal a largo plazo para comenzar el camino de la recuperación entendiendo que sentirse mejor y aprender cómo manejar la ansiedad toma tiempo y paciencia. Los tratamiento conocidos hasta ahora son: terapia médica y/o terapia cognitiva conductual (con evidencia científica ambas). Otras formas de manejar la ansiedad son la autoayuda (libros, grupos, etc. sin o con nula evidencia) o mindfulness (sin evidencia clara aún). Algo que sí parece algo más claro es que el acumulo de estrés puede explicar la generación de ansiedad y pánico que se presenta de forma espontánea y sin causa alguna, por eso la insistencia en el adecuado manejo del estrés.

Algunas actividades recomendadas para manejar el estrés son:
- Pasar tiempo al aire libre y caminar. 
- Reducir el consumo de café.
- Poner tus necesidades primero. Esto no significa ser egoísta, es dedicar tiempo y esfuerzo a tu    cuidado personal; por ejemplo hacer ejercicio, comer sanamente, o dormir lo suficiente.
- Pedir ayuda. Esto siempre es más fácil decirlo que hacerlo pero es de una ayuda enorme para el manejo de la ansiedad. Busca alguien en quien confíes o grupos de ayuda con personas con problemas similares. 

Conclusión. 

La ansiedad es una experiencia universal que cada uno de nosotros hemos experimentado en algún momento de nuestra vida. La ansiedad es un síntoma y no un diagnóstico que puede estar relacionada con otras alteraciones psicológicas como la depresión u otros problemas psicológicos, por lo que es crítico reconocerla a tiempo para manejarla o buscar ayuda especializada. Hay personas que están ansiosas todo el tiempo pero que de alguna u otra forma pueden controlar su nerviosismo. También las hay quienes no muestran nerviosismo o no se afectan de la misma manera que otras personas. De hecho, la ansiedad se vuelve problemática cuando la persona siente que el nerviosismo comienza a salir de control, es más frecuente y la intensidad no puede ser tolerada. Por último, recordar que la ansiedad si bien es una condición que puede ser crónica, es altamente tratable y hay enormes posibilidades de que las personas que la padecen mejoren con los tratamientos médico y psicológicos que se ofrecen; no sufras en SILENCIO, ni siquiera Iron Man lo hizo.

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