La Neurociencia de Black Mirror: La Importancia Del Olvido

Esta entrada forma parte de una serie de artículos sobre la serie “Black Mirror” la cual trata sobre distintos escenarios posibles en un futuro distópico-tecnológico y donde hablaré sobre la neurociencia –sustentada científicamente- que hay detrás de cada episodio.
Para los que no conozcan la serie, les recomiendo ampliamente que la vean, sobre todo antes de leer esta entrada, ya que haré una breve reseña para entrar en contexto con el tema de neurociencia cognitiva que esté relacionado con ese episodio y tras la cual escribiré una pequeña revisión. Vale mucho la pena verla, sobre todo si eres fan de la tecnología, los dilemas éticos/filosóficos y, por supuesto, la neurociencia.
– SPOILER ALERT –
S1E3: The Entire History of You
El tercer capítulo –y último de la primera temporada- empieza con nuestro personaje principal Liam, en la sala de juntas de un despacho de abogados. Está siendo evaluado por sus jefes y dada su reacción, parece no haber ido muy bien. Al salir, sube a un taxi el cual pasa publicidad sobre un implante que permite almacenar memorias (hasta 30 años gratis, nos dice) el cual se coloca detrás de la oreja. Enseguida, saca del bolsillo un pequeño control remoto y desde un timeline, selecciona un video de lo que acaba de pasar, que ve como si fuera una película proyectada desde sus corneas, la cual puede pausar, retroceder, adelantar o incluso hacer zoom. Finalmente, llega al aeropuerto, donde al pasar por el punto de seguridad, el policía le pide que le muestre los videos de lo que ha hecho los últimos días a manera de revisión.

“Black Mirror” (1×03): ‘The Entire History of You’ – Zeppotron

 

En la siguiente escena vemos a Liam llegar a una reunión de los amigos de su esposa Ffi. Al entrar al salón se encuentra a Ffi charlando, de una forma algo sugerente, con un hombre que no conoce y que después le presentan como Jonas. Durante la reunión suceden una serie de situaciones en las que Liam percibe cierto coqueteo entre su esposa y Jonas. En la cena, el grupo discute acerca de los implantes y de cómo una de las amigas, después de un asalto donde le fue robado el implante, se ha sentido bien y feliz de no tenerlo, a pesar de la crítica de otra chica –que trabaja en una empresa que desarrolla estos implantes- que le dice que las memorias orgánicas no son confiables y que se está arriesgando.
 
Al volver a casa, Liam cuestiona a Ffi sobre su relación con Jonas, quien finalmente confiesa que tuvieron una historia hace tiempo. No conforme con su respuesta, Liam presiona hasta Ffi acepta que fue una relación de 6 meses, de la cual ya no queda nada; Liam insiste y comienzan a pelear. Una vez calmados los ánimos, se reconcilian y tienen sexo. Sólo que lo hacen monótonamente mientras ven, mediante sus implantes, escenas de un encuentro mucho más pasional.
“Black Mirror” (1×03): ‘The Entire History of You’ – Zeppotron

Cuando terminan, Liam vuelve al salón y mientras bebe, vuelve a ver, casi de manera obsesiva, escenas de esa noche y la reacción de Ffi antes las acciones y palabras de Jonas.
Por la mañana, aún borracho, Liam echa en cara a su esposa las miradas y risas que daba ante todo lo que decía Jonas, por lo que discuten y finalmente Liam toma el coche y se va. Llega a casa de Jonas, quien extrañado le recibe y pregunta por el motivo de su visita. Discuten sobre su posible relación con su esposa, lo cual niega, y en un arranque de agresividad rompe una botella, lo somete y amenaza con extraerle su implante si no borra todos los videos que tiene guardados de Ffi. Jonas accede y los borra con Liam viendo el proceso en la televisión para estar seguro. Vuelve a tomar el coche y en su borrachera pierde el control y choca contra un árbol, perdiendo la conciencia.
Al despertar en el coche y un poco más sobrio, accede a su implante para recordar que es lo que había pasado. Liam, aterrorizado ante lo que ha visto, regresa a casa en seguida.
Al llegar, encuentra a Ffi dormida en la cama y le muestra el video sobre su reciente visita a casa de Jonas. Pausa el video y hace zoom sobre una imagen en la que se ve claramente que Ffi está con él en su habitación, registrada hace 18 meses, fecha en la que su hija fue concebida. Liam le pregunta si usó condón en esa ocasión y le pide que se lo muestre en video. Ffi miente y le dice que lo borró, pero finalmente le enseña el video. La escena y la reacción de Liam sugieren que en ningún momento usaron protección.
En la secuencia final vemos a Liam recordando, a través del implante, sus momentos felices con Ffi y su hija, en una casa ahora vacía. Termina en el baño y con una navaja, corta detrás de su oreja, se quita el implante y, con ello, sus memorias.
 
“Black Mirror” (1×03): ‘The Entire History of You’ – Zeppotron


Este es uno de mis capítulos favoritos porque nos demuestra, de una manera muy simple y contundente, las consecuencias de tener disponibles todos nuestros recuerdos, y quizás más importante, nunca poder olvidar.
Aunque toda la trama del capítulo gira alrededor de los recuerdos perfectos de nuestros personajes, difícilmente lo podemos categorizar como memoria desde un punto de vista psicológico, ya que lo que ellos hacen no es propiamente recordar o evocar una memoria, si no volver a reproducir en sus córneas o en una pantalla, un video almacenado en un disco duro –el implante-. Sin embargo, creo que es interesante explorar el concepto de súper memoria que propone el capítulo, y reflexionar sobre sus ramificaciones y sus consecuencias.
La aproximación más real y todavía 100% humana a esta súper memoria la encontramos en los individuos que tienen una Memoria Autobiográfica Altamente Superior (1) (HSAM, por sus siglas en inglés). Se le considera como la habilidad de recordar experiencias pasadas personales con exactitud temporal y detalles muy superior a lo normal. Son capaces de recordar, por ejemplo, cómo iban vestidos, que comieron y en que sitio del autobús se sentaron en un día cualquiera de sus vidas. Esta es diferente a otros tipos de memoria superior, como la mnemónica (que emplea los palacios de memoria), utilizada en los campeonatos de memoria de los participantes son capaces de memorizar el orden en el que aparecen las cartas de barajas completas.
La memoria en los HSAM se limita sólo a eventos autobiográficos, es decir aquellos en los que el mismo sujeto formó parte. Algunos estudios han demostrado, que aunque obtienen resultados ligeramente superiores en algunos tests (mejor narrativa basada en historias), en otros aspectos de la memoria, como al recordar números o palabras, no son superiores a la población normal. Estos hallazgos, junto al hecho de que sus cerebros no son muy diferentes anatómicamente (2), han llevado a la hipótesis de que este registro fiel de recuerdos se debe al buen hábito -o habilidad- de realizar una continua evocación y reflexión sobre los eventos acontecidos, lo cual los consolida mejor en la memoria.
Tal vez nosotros, mortales, no seamos capaces de evocar a la perfección que fue lo que hicimos el día de nuestro cumpleaños 16. Sin embargo, es posible que muchos detalles queden resguardados en nuestro cerebro, y que sólo necesitemos un poco de ayuda para acceder a ellos. En un conocido estudio (3), el psicólogo holandés Willem Wagenaar registró en un diario más de 2,400 eventos que vivió cada día durante 6 años. Separó las características o cues del evento (qué, quién, cuándo, dónde) y a través de una o más de ellas tenía que intentar recordar el resto. Con esto, fue capaz de recordar con detalle alrededor de un 80% de los eventos, hasta 5 años después. Además, de ese 20% aparentemente olvidado, si en el recuerdo había otra persona involucrada y le consultaba, en todos los casos era capaz de recordar el evento.  
Vemos, pues, que nuestra memoria puede ser extremadamente buena –con un poco de ayuda- pero no es infalible. Los beneficios de tener una memoria perfecta pueden parecer evidentes: recuerdos agradables a la mano, eficiencia en el trabajo, una herramienta invaluable en la procuración de justicia. Entonces, ¿qué tan lejos estamos de tener un implante parecido al que nos muestran en este episodio? Si nos inspiramos en Black Mirror quizá estemos más cerca de lo que creemos.
La idea del implante –desde mi punto de vista- es sencilla en teoría. Consistiría en un sistema de grabación/proyección corneal, en forma de lente de contacto, que se comunica de forma inalámbrica con una unidad procesamiento y almacenaje que sería el implante colocado detrás de la oreja. Técnicamente, el mayor reto es desarrollar ese lente de contacto (el Google Glass es una solución más sencilla), ya que debe almacenar un sistema relativamente complejo en una superficie muy pequeña. Afortunadamente –o no-, un prototipo de este lente ya existe.
Distintos grupos de investigación se han dado a la tarea de construir lentes de contacto electrónicos biocompatibles (4). Uno de ellos ha instalado un LED (resolución de 1 píxel, por algo se empieza) junto con una serie de microlentes que le permiten proyectar correctamente en la retina y que además es capaz de conectarse por WiFi con una computadora (5). Otros incluyen sensores que son capaces de medir algunos de los componentes de la película lagrimal (glucosa, oxígeno), los cuales también pueden ser utilizados como biocombustibles para producir energía eléctrica y hacerlo funcionar (6).  Así, sólo nos falta la cámara para tener nuestro ojo biónico completo.
Izquierda: Prueba concepto de pantalla multipixel en lente de contacto (AR Lingley et al. 2011). Derecha: Biocombustibles en lente de contacto electrónico (M Falk et al. 2012).

Demos un paso más, y suponiendo que tenemos la tecnología adecuada, pensemos que podemos ser dueños de esa anhelada memoria infinita. ¿Seríamos capaces de sobrellevar esa inmensa y perpetúa carga de información? ¿Los buenos recuerdos, pero también los malos? Fisiológicamente, nosotros olvidamos por eficiencia; descartamos o filtramos información poco importante, para que lo que consideramos relevante sea fácil de acceder y no quede enterrado en un mar de detalles.
Tradicionalmente, se ha considerado que dormir es necesario para consolidar memorias, especialmente durante la fase REM (Rapid Eye Movement). Sin embargo, en una revisión reciente, Poe y colaboradores proponen (basados en una teoría propuesta por el mismísimo Francis Crick) que el sueño REM además de ayudar en la formación de memorias, también juega un papel en olvidar memorias ruido mediante la depotenciación de las sinapsis de neuronas del hipocampo (7), con lo que se abre campo para establecer nuevas sinapsis que formarán nuevas memorias más útiles.  
Olvidar también funciona en nosotros como un mecanismo de defensa y de supervivencia: tenemos la habilidad –o necesidad- de olvidar lo malo, como la enfermedad o muerte de un ser querido o cualquier otra experiencia traumática. Lo necesitamos para seguir adelante y no rumiar esos recuerdos o sentimientos negativos que nos aferran al pasado y no nos dejan construir nuestro futuro (rasgo que se suele encontrar en personas con depresión mayor).
Así, llegamos a la pregunta que este capítulo le plantea a cada uno sus personajes: memoria permanente, ¿sí o no? Yo creo que olvidar, es tan necesario y tan humano como recordar, y su justo equilibrio nos permite funcionar correctamente (el exceso de olvido como manifestación de una demencia, es cosa aparte). Por eso, cuando olvido el paraguas, no me lo tomo tan enserio. Y creo que Liam estaría de acuerdo conmigo.
 
BIBLIOGRAFIA

  1. LePort AKR, Stark SM, McGaugh JL, Stark CEL. A cognitive assessment of highly superior autobiographical memory. Memory. 2016;8211(March):1-13. doi:10.1080/09658211.2016.1160126.
  2. LePort AKR, Mattfeld AT, Dickinson-Anson H, et al. Behavioral and neuroanatomical investigation of Highly Superior Autobiographical Memory (HSAM). Neurobiol Learn Mem. 2012;98(1):78-92. doi:10.1016/j.nlm.2012.05.002.
  3. Wagenaar WA. My memory: A study of autobiographical memory over six years. Cogn Psychol. 1986;18(2):225-252. doi:10.1016/0010-0285(86)90013-7.
  4. Blum Z, Pankratov D, Shleev S. Powering electronic contact lenses: current achievements, challenges, and perspectives. Expert Rev Ophthalmol. 2014;9(4):269-273. doi:10.1586/17469899.2014.922873.
  5. Lingley  a R, Ali M, Liao Y, et al. A single-pixel wireless contact lens display. J Micromechanics Microengineering. 2011;21(12):125014. doi:10.1088/0960-1317/21/12/125014.
  6. Falk M, Andoralov V, Blum Z, et al. Biofuel cell as a power source for electronic contact lenses. Biosens Bioelectron. 2012;37(1):38-45. doi:10.1016/j.bios.2012.04.030.
  7. Poe GR. Sleep Is for Forgetting. J Neurosci. 2017;37(3):464-473. doi:10.1523/JNEUROSCI.0820-16.2017.

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