El internet ha permitido a las personas gozar de una fuente casi inagotable de información. No solo esto, con la aparición de las redes sociales cada individuo se ha vuelto no solo un consumidor de información, sino también un generador y un divulgador de la misma. Sin embargo, el problema que emerge en ésta nueva Web es evidente: no toda la información presentada es verídica y basada en hechos reales.
Esta situación ha generado una propagación de la desinformación sin precedentes. Prueba de ello es la creciente tendencia de crear teorías conspirativas para explicar sucesos presentes, ejemplos de esto abarcan temas tan variados como la vacunación, la infección por VIH, calentamiento global, dietas, política, etc. ¿Qué impacto tiene la propagación de teorías conspirativas en la opinión pública? Aún se desconoce, pero el Foro Económico Mundial la catalogó como uno de los mayores riesgos de la sociedad moderna.
Un reciente estudio publicado en la revista PLoS ONE recopila y analiza distintos patrones de consumo de información (publicada en Facebook) de páginas cuyo tema principal son las teorías de conspiración y lo contrasta con páginas cuyo tema principal es la divulgación científica.
Usando pruebas estadísticas de correlación el grupo de investigadores italianos encontraron que las noticias de conspiración tenían más “Me gusta (likes)” y “Compartir (shares)” que sus contrapartes de divulgación científica. Además era más probable que los individuos que ponían “Me gusta” en una noticia de conspiración, la compartieran posteriormente; lo que habla de un mayor compromiso por divulgar la información.
Usando algoritmos para la generación de redes el equipo de investigación encontró que las personas que gustaban de las páginas de conspiración interactuaron más entre ellos y poco con las páginas de divulgación científica; mientras que, los individuos que preferían las páginas de divulgación científica interactuaron en mayor proporción con las páginas de conspiración (en forma de “comentarios (comments)”.
Como conclusión el artículo refiere que la Web resulta un sitio idóneo de propagación de teorías de conspiración, que en muchas ocasiones tienden a simplificar la realidad y resultan patentemente falsas. Además de ello los individuos que gustan de estas páginas tienen mayor compromiso por divulgar la información conspirativa en comparación a aquellos que prefieren páginas de divulgación científica.
Es importante tener cuidado con lo que usted lee en internet y buscar distintas fuentes para corroborar la validez de la información.
Alfredo Manzano.
Sinapsis MX
Referencias:
Bessi A, Coletto M, Davidescu GA, Scala A, Caldarelli G, Quattrociocchi W (2015) Science vs Conspiracy: Collective Narratives in the Age of Misinformation. PLoS ONE 10(2): e0118093. doi:10.1371/journal.pone.0118093
El artículo se encuentra gratuito en la siguiente liga: http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0118093
Para leer los riesgos de la sociedad moderna según el Foro Económico Mundial:
http://www.weforum.org/reports/global-risks-2013-eighth-edition