Envejecimiento cognitivo: ¿qué le pasa a la memoria cuándo nos hacemos mayores?

Autora: Dra. Flávia S. Belham

Traducción del inglés: Carlos Peñafiel Salgado*

 
Cuando piensas en envejecimiento, ¿qué es lo primero que te llega a la mente? ¿La gente mayor tiene mejor, peor o igual memoria que la gente joven? Muchos años de investigación nos han dado la respuesta: ¡todo depende del tipo de memoria!
La memoria es el proceso de obtener información del medio ambiente, almacenarla y posteriormente, acceder a ella y utilizarla. Sin embargo, la memoria no es un concepto único; sino que puede ser dividida en múltiples subtipos. Por ejemplo, cuando recuerdas tu último cumpleaños, estás utilizando tu memoria episódica. Cuando recuerdas quién fue el presidente de hace cien años, estás utilizando tu memoria semántica. Y cuando te aprendes el número telefónico de alguien mientras encuentras tu celular para guardarlo, estás utilizando tu memoria de trabajo.

Como fue demostrado por la investigación de Denise Park (ver la Figura 1 en [1]), los diferentes tipos de memoria tienen trayectorias de envejecimiento diferentes.  Por ejemplo, mientras la memoria de trabajo se ve comúnmente disminuida en adultos mayores, la memoria semántica permanece estable. Esto significa que los adultos mayores pueden ser más lentos en llevar a cabo una tarea, sin embargo, su conocimiento de los hechos es igual de bueno que en la gente joven. Y cuando se trata de memoria episódica, a los adultos mayores les cuesta más trabajo recordar los detalles, pero son tan buenos como los jóvenes al recordar la esencia de algún evento [2].
Un hecho fascinante sobre el envejecimiento cognitivo es que la forma en que los jóvenes procesan emociones es casi opuesta comparada con la forma en que los ancianos procesan emociones. Laura Carstensen y su grupo de investigación han realizado un gran número de estudios y descubrieron que, mientras que los adultos jóvenes son más proclives a almacenar mejor los recuerdos negativos, los ancianos se enfocan y recuerdan de mejor manera los eventos positivos. A este fenómeno se le ha denominado el Efecto de la Positividad, y ha sido demostrado en imágenes, palabras y eventos personales [3].
En mi propia investigación doctoral en la University College London, descubrí que al indicar a adultos mayores que realizaran un enunciado positivo con una palabra común, su memoria por las oraciones mejoraba de un 20 a un 50%. Y más que eso, descubrí que la actividad cerebral al momento de recordar enunciados positivos era similar a la memoria observada cuando la gente imagina cosas. En otras palabras, añadir emociones positivas parece mejorar nuestra capacidad de crear imágenes mentales, que posteriormente facilitará la memoria.
Este cambio en el procesamiento emocional ocurre debido a la percepción individual del tiempo que nos queda de vida. Mientras que la gente joven no puede percibir el fin de sus vidas, la gente mayor es más consciente de ello y suelen reorientar sus recursos cognitivos y atención hacia eventos positivos [4].
La memoria es una de nuestras funciones cognitivas más importantes. Es crucial que la población adulta sea capaz de mantener una buena memoria por mucho más tiempo. Algunos grupos de investigación han trabajado con programas de entrenamiento cognitivo, que son conjuntos de tareas diseñadas para maximizar las funciones cognitivas. Un meta-análisis realizado por Michelle Kelly y colaboradores [5] sugiere que estas técnicas tienen gran valor para fortalecer las funciones cognitivas directamente relacionadas con las entrenadas, pero no en todos los casos hay mejoría de otros dominios cognitivos. Ya que la población mundial tiende al envejecimiento, es fundamental que continuemos investigando cómo preservar la memoria en el envejecimiento, de manera que tengamos gente más funcional, productiva y feliz a nuestro alrededor.
Referencias:
https://www.dialogues-cns.org/contents-15-1/dialoguesclinneurosci-15-109/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19914220
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352154617300712
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10199217
https://www.tcd.ie/Neuroscience/neil/assets/pdf/Kelly_2014.pdf


La Dra. Flávia Belham es Directora Científica en Seneca Learning, en dónde está aplicando las neurociencias al aprendizaje y la educación. Durante su doctorado en Neurociencias Cognitivas en University College London (UCL) hizo experimentos conductuales y de neuroimagen para investigar cómo la gente de diversas edades memoriza eventos emocionales. Su contacto: @FlaviaBelhamPhD.
Carlos Peñafiel Salgado es médico interno de pregrado de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM. Estudió Neurociencias en la Universidad Complutense de Madrid, y es colaborador del Proyecto Human Dissection Models. Su contacto: @cpenafiel95

Para ver el artículo en inglés da click aquí.

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