La terca resignación de un desvelado

Autor: José Gotés Cano (1)

Tener una buena noche de sueño es lo mejor que podemos hacer antes de un examen, asistir a una entrevista de trabajo, ir a la primera cita, tomar una prueba de manejo, dar un discurso de bodas, dirigir una planta nuclear, realizar show de stand up, pilotear un avión, entre otras actividades normales de nuestro día a día. Siempre nos lo han dicho: “duerme bien”, “acuéstate temprano”, “no te desveles”.
Pero tengo 25 años, estoy en la tercera ciudad más grande de este planeta, obvio quiero vivir de madrugada. Quiero disfrutar la noche, quedarme a platicar con amigos hasta las tres de la mañana, salir a paseos nocturnos, ir de fiesta, visitar edificios abandonados, bailar toda la noche y desvelarme en un binge de Netflix, como realmente hago cada que me duermo tarde.

1. Dolor de cabeza
Resulta que estos dolores se dan principalmente cuando neuronas hiperactivas mandan mensajes mezclados a vasos sanguíneos causando que se constriñan y rápidamente después se expandan. El dormir pocas horas hace que nos saltemos las etapas más profundas de sueño, reduciendo la producción de neurotransmisores asociados a regular a esas células. A mi edad ya sufro de esto, empieza detrás de los ojos y sólo se alivia un poco con café. Aprovecho para dar gracias a mi prensa francesa y a químicos iluminados por inventar el ibuprofeno.

2. Pérdida de memoria
Hace unos cien años se demostró que dormir es vital para pasar los recuerdos de lo que experimentamos en el día a la memoria de largo plazo, más tarde se descubrió que no sólo archivamos datos, nuestra mente también discierne qué es importante de recordar y que no. Dormir ayuda a que podamos accesar fácilmente a la nueva información almacenada en nuestra memoria, pero también la reorganiza destacando puntos emocionales para ayudarnos a producir ideas nuevas, aumenta nuestra creatividad y capacidad de concentrarnos. No me acuerdo si esto ya me ha pasado, tal vez ese es el problema con la pérdida de memoria, lo bueno es que tampoco me acordaré de como era antes de convertirme en alguien gris y poco interesante por no poder estar en contacto con mis emociones. La creatividad está sobrevaluada.
3. Debilita el sistema inmune
Dormir bien hace maravillas para aliviarnos y protegernos de enfermedades, ahora se propone que también ayuda a reforzar la “memoria” inmunológica sobre los patógenos que nos hemos encontrado. Una buena noche de sueño ayuda a nuestros glóbulos blancos a guardar pedacitos de virus y bacterias para saber que, cuando algo que se parezca a eso entre al sistema, deben de atacar. O sea que la probabilidad de que resista a una infección zombie disminuye por mucho, pero tampoco es  algo tan malo, eso de ser el último sobreviviente en el planeta no me entusiasma tanto, sobretodo si seré gris y aburrido.

4. Disminuye la capacidad de tomar decisiones
La falta de sueño dificulta que podamos responder acorde a señales de nuestro alrededor, cuando las circunstancias cambian a nuestro cerebro le cuesta mucho más tiempo adaptarse y tomar decisiones apropiadas. Este punto no me angustia tanto, mis decisiones más trascendentes en el día tienen que ver con comida y si, aunque ya tenga una leve taquicardia, me tomo una taza extra de café o no. Desafortunadamente, los ingenieros de Chernobyl no deberían de haberse desvelado con la misma desfachatez que yo, pero nos dieron jabalíes radioactivos así que se compensa un poco, ¿no?
5. Causa envejecimiento prematuro
Una sola noche de mal dormir es suficiente para activar genes que aumentan la cantidad de daño en células, o sea que nuestras células no se “reparan” con la misma eficiencia y esto nos lleva a envejecer antes de lo esperado. Tratemos de verlo por el lado amable, a algunos hombres le van muy bien las patas de gallo y unas canas, tal vez soy de esos.

6. Aumento de peso
Acostarse tarde y dormir poco durante la transición de adolescencia a adultez aumenta unos dos puntos el índice de masa corporal de nosotros los desvelados. Esto sucede sin importar la cantidad de ejercicio que hagamos o la dieta que llevemos, se nos castigará con unos kilos de más por no dormir lo suficiente. Menos mal que en esa época nunca me preocupé por la actividad física o comer sano, me hubiera dado mucho coraje enterarme de esto después de años de entrenamiento y disciplina.
7. Confundir amigos con enemigos
Como el no dormir dificulta que el cerebro interprete correctamente señales externas, podemos empezar a confundir expresiones faciales y no evaluar que tan seria es la situación por la que pasa un ser querido, si alguien amenazante se acerca o si esa terrible agresión no fue más que una broma un poco pesada. Esto puede desencadenar aislamiento y soledad, que si lo mezclamos con la personalidad gris que tendré me da potencial para sobrevivir un ataque zombie, en el caso de que por un retorcido juego del destino sea inmune al virus Z.

¡Bonus!
No todo es malo en este mundo de desveladas, parece que la falta de sueño tiene un efecto positivo sobre la depresión. Al no dormir se libera adenosina, un neurotransmisor que aumenta la “presión de sueño”, o sea la necesidad de nuestro cuerpo de dormir. Irónicamente, la presencia de esta molécula hace que las personas con depresión mejoren su estado de ánimo, lo malo es que el efecto sólo dura hasta que la persona vuelve a dormir. Ven, al final la vida es sabia y todo se compensa.
Por mientras, mis palomitas ya están listas y estas series no se van a ver solas.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: